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Historia de la Katana y las Espadas Japonesas

LA APARICIÓN DE LAS PRIMERAS ESPADAS

La forma de la espada japonesa, tal y como la conocemos hoy en día, proviene de modelos muy antiguos  aparecidos tanto en el continente asiático como en el propio Japón, fabricados primero en bronce y luego en hierro. Las primeras hojas datan del 700 d. C. y se caracterizan por ser espadas perfectamente rectas en su parte trasera y con un solo filo, fundidas en una sola pieza desde la empuñadura hasta la punta. La dimensión de las mismas es muy variable, y oscila entre los 33,15 cm. de las espadas más cortas hasta los 90 cm. de los modelos más grandes. Las espadas halladas durante dicha época se encuentran, aspecto este muy destacable, bajo dólmenes erigidos durante la época prehistórica (Jomon), lo que evidencia el importante valor ritual de las armas.- 

Desde el punto de vista arqueológico, puede concluirse que la espada constituía parte del ajuar funerario del finado, generalmente noble y con importante posición en la tribu, como expresión de una cultura panimista (en la que el fallecido accedía a un plano de existencia superior donde precisaría de sus armas y objetos más preciados). A estas primeras espadas rectas se las denomina chokuto y constituyen la forma más primitiva dentro del estadio evolutivo del arma.-

Como ocurre con todos los aspectos de la cultura japonesa antigua, China proyecta su sombra sobre la espada japonesa. El ejemplo más evidente se encuentra en el nombre mismo de las armas, dado que numerosos investigadores sostienen que los ideogramas chinos chien (espada de doble filo) y tao (cuchillo de un solo filo) son las raíces semánticas y fonéticas de los kanjis japoneses ken y to. A partir de aquí surgieron, de un lado, el término katana (1), expresivo del modelo estándar de espada japonesa y, de otro, el término to-ken, referido a la espada en sentido genérico y abstracto.- 

De forma paralela, las espadas de un solo filo incorporaron muchos de los detalles ornamentales de los modelos imperantes en Corea y China, como muestra de la influencia de estos países en la fabricación de espadas. Esta influencia se hace especialmente patente durante los siglos V y VI d.C, en los que se producen continuos enfrentamientos militares entre Corea y Japón (especialmente intensos por el enfrentamiento que involucraba al  clan Soga, con intereses territoriales en Corea, frente a los clanes Mononobe y Nakatomi).-

El primer cambio importante se produce durante el periodo Nara (710-784) durante el cual la propagación del budismo (2) en las islas supone la aparición de espadas rectas de doble filo rematadas con adornos que se parecían mucho a las espadas rituales prebudistas utilizadas en las ceremonias religiosas del Norte de la India, Nepal y Tíbet.  A partir de este momento la espada adopta estas características, no sólo por el doble fijo, sino también por una voluminosa y decorada empuñadora; cabe plantear la duda sobre la utilidad de un modelo poco ergonómico e incluso aparatoso en su aspecto exterior, aunque los modelos que se conservan forman parte de conjuntos histórico-artísticos propios de clases altas (con más valor simbólico que militar).-

Parece que hubo un intervalo en la evolución de la ken recta durante el cual su único filo dio lugar a la fabricación de otra de doble filo. A su vez, el arma recta de doble filo con punta en forma de corazón (hecha de bronce o hierro) sufrió un cambio gradual en su forma y en su material a mediados del periodo de Heian (794-1156), hasta que se convirtió en la espada curva de un solo filo y forjada en acero.-

DESARROLLO Y EVOLUCIÓN DE LA KATANA

La aparición de la espada con el característico estilo japonés surgió por mor de dos circunstancias determinantes: en primer lugar, la espada cobraba cada vez mayor importancia como arma de guerra frente a las armaduras de los adversarios; en segundo lugar, se produce un traslado de la capital imperial desde Nara a Heian-Kyo (actual Kyoto) en el año 794 d.C. Esta última circunstancia dotó al Imperio de suficiente estabilidad durante un siglo, suficiente como para que los maestros espaderos pudieran desarrollar su técnica y proporcionaran las primeras espadas genuinamente japonesas.-

Según la leyenda, el espadero Amakuni, contemporáneo del Emperador Mommu, inventó la katana o espada sencilla a partir de la división en dos de la antigua ken. La efectividad de estas primeras katanas fue decisiva para dotar de armamento de calidad a los diferentes clanes existentes. No debe por ello resultarnos extraño que en los siguientes siglos se sucedieran encarnizadas guerras entre la aristocracia militar y las familias de ascendencia imperial.-

Es a partir de la Era Kamakura (a mediados del siglo XII d. C) cuando se puede hablar de la katana propiamente dicha y cuando el arte de la fabricación de espadas cobra mayor importancia para la clase militar o buke (3). Cobró ésta tanta importancia que el Emperador Gotoba (1184-98 d.C.) forjaba sus propias espadas. Precisamente se atribuye a este emperador el haber dado gran ímpetu a la forja de espadas reuniendo en Kyoto a doce herreros de las distintas provincias elegidos por su excepcional habilidad, donde cada uno trabajaba para el emperador durante un mes al año. Había otros espaderos de reserva en caso de que alguno no pudiera cumplir con su deber en la corte y otro grupo de veinticuatro herreros que también estaban a su servicio cada dos meses. Este ingenioso sistema se completaba con un tercer grupo de seis herreros de la provincia de Oki que también hacían espadas para el emperador.-

Los siglos XII y XIII (aproximadamente hasta el 1400) se consideran como las grandes épocas  de los herreros japoneses. Durante estas centurias destacan una serie de familias cuya notoriedad resulta más que destacable: los herreros de la provincia de Bizen (Kanehira, Sukehira y Takahira), los de Kyoto (Yoshiie, Arikuni, Kanegana) y, como no, los denominados “tres fabricantes maestros”: Masamune, Yoshimitsu y Yoshihiro.-

La evolución de la katana, consolidada como modelo normal de espada japonesa, se produce a través del perfeccionamiento de las técnicas de forjado y templado de la hoja, lo que conlleva una alta especialización de los herreros y la producción de extraordinarias hojas. La excepcionalidad de las hojas que atesoran estos espaderos ha hecho que incluso entre los especialistas se produzca la división de las espadas entre Etapa Koto (espadas antiguas, aquellas que se comprenden entre el año 700 y 1596, fecha en que finaliza el período Momoyama) y Etapa Shinto (espadas nuevas, fabricadas entre 1596 y 1780).-

A partir del siglo s.XIV se desarrollan sin solución de continuidad una serie de guerras que romperán esta época de esplendor. A las dos invasiones de los mongoles  deben unirse la guerra de Genko, la sangrienta guerra civil del Período Nambochuko (4), las guerras de Onin y el período Sengoku Jidai (5). El permanente clima de guerra civil incidió en un progresivo deterioro de la técnica herrera, puesto que los dirigentes militares exigían un mayor número de unidades en detrimento de su calidad. Aparecen entonces espadas largas de gran tamaño (uchi-gatana) y en la que se por primera vez se utilizan materiales ajenos al acero de alta calidad (combinaciones de hierro y acero,  por ejemplo).-

Por si esto no fuera suficiente, la sede imperial se trasladó de Kyoto a Kamakura, con lo que se desperdigó la rica tradición espadera reunida algunos siglos antes. Así, durante esta época lo habitual era la producción de numerosas espadas cortas, dagas y estiletes (especialmente kodachi y tanto) cuyo fin primordial es imitar a las espadas largas y dotar al propietario de armas auxiliares de defensa personal. Igualmente, se produce una variación en la longitud de las espadas que da lugar a una tipología amplia de las armas blancas pero alejada de los estándares tradicionales. Este último aspecto no sólo afecta a la pérdida de calidad de las espadas largas, sino que también amplía el catálogo de armas blancas hasta configurarlo tal y como lo conocemos en la actualidad.-

La batalla de Sekigahara supone la instauración del Shogunado Tokugawa (1600-1867). Se trata de un período más tranquilo militarmente hablando pero con relativas tensiones internas (limitación del poder de los clanes militares, difusión de las armas de fuego, expulsión de los ciudadanos extranjeros, períodos prolongados de hambruna) que no propician  sino la degradación militar del arte espadero. Los especialistas hablan por ello de la Etapa de las Espadas novísimas (Shinshinto) que se extiende entre los años 1781 y 1886. Se trata de unidades que, sin aportar novedades significativas con respecto a la etapa Shinto, se caracterizan por un extravagante sistema de templado en el diseño de la hoja. El efecto final que se pretende es la obtención de una hoja más brillante pero de inferior calidad. Queda patente entonces que el destino de las grandes hojas no es ya el campo de batalla, sino formar parte de los uniformes de gala y los expositores de los primeros coleccionistas.-

LA ESPADA JAPONESA EN LA ERA CONTEMPORÁNEA

A finales del siglo XIX la introducción de la cultura occidental en Japón resultaba imparable.  Debe señalarse que las grandes contribuciones de la dinastía Tokugawa son la cohesión social de la sociedad japonesa durante un periodo de relativa paz, así como un notable impulso movimiento nacionalista en la literatura e historia local. Sin embargo, estos fueron los elementos determinantes en la reivindicación por un número cada vez mayor de japoneses de la restauración del poder imperial y la abolición del shogunado. Los importantes disturbios ocasionados por los motines del arroz; (1837) o la amenaza del Almirante norteamericano M.C. Perrin de bombardear Edo (Tokyo) si Japón no abría su comercio a Occidente no fueron sino los detonantes que aceleraron el derrumbamiento de una estructura feudal; estos cambios supusieron la apertura de los puertos a los barcos extranjeros y provocaron la destrucción del poder de los señores feudales (daimyo).-

La creciente debilidad del sistema instó al último shogun, Tokugawa Yoshinobu, a dimitir (año 1867) y devolver el poder absoluto de la Nación en manos del Emperador (Tenno). Se produce entonces la Restauración o Período Meiji (1868-1912) cuya principal consecuencia es la creciente modernización del país y la apertura a Occidente. El conjunto de reformas previstas cristalizó finalmente en la promulgación de la Constitución Meiji (1889) que convirtió al Japón en una Monarquía Constitucional. Este texto suponía un revulsivo para las arcaicas estructuras sociales todavía ancladas en la época feudal. En lo militar, por ejemplo, se produjo una reorganización de las Fuerzas Armadas, en cuya comandancia en jefe se situaba el Emperador Meiji a través de un sistema de jerarquías y mandos de gran similitud con las potencias occidentales.-

La situación de las armas y de los espaderos fue sustancialmente diferente. La decadencia de la casta militar y los constantes disturbios civiles afectaron notablemente a la visión por parte de la ciudadanía de estas antiguas disciplinas. La casta de los buke sufrió una separación cada vez mayor entre los líderes de alto rango y sus subordinados; esto hacía inviable que un guerrero medio pudiera acceder a puestos superiores en la jerarquía del clan, accesibles sólo a unos pocos privilegiados (kuge) miembros de la corte imperial.-

La batalla de Sekigahara supone la instauración del Shogunado Tokugawa (1600-1867). Se trata de un período más tranquilo militarmente hablando pero con relativas tensiones internas (limitación del poder de los clanes militares, difusión de las armas de fuego, expulsión de los ciudadanos extranjeros, períodos prolongados de hambruna) que no propician  sino la degradación militar del arte espadero. Los especialistas hablan por ello de la Etapa de las Espadas novísimas (Shinshinto) que se extiende entre los años 1781 y 1886. Se trata de unidades que, sin aportar novedades significativas con respecto a la etapa Shinto, se caracterizan por un extravagante sistema de templado en el diseño de la hoja. El efecto final que se pretende es la obtención de una hoja más brillante pero de inferior calidad. Queda patente entonces que el destino de las grandes hojas no es ya el campo de batalla, sino formar parte de los uniformes de gala y los expositores de los primeros coleccionistas.-

LA ESPADA JAPONESA EN LA ERA CONTEMPORÁNEA

A finales del siglo XIX la introducción de la cultura occidental en Japón resultaba imparable.  Debe señalarse que las grandes contribuciones de la dinastía Tokugawa son la cohesión social de la sociedad japonesa durante un periodo de relativa paz, así como un notable impulso movimiento nacionalista en la literatura e historia local. Sin embargo, estos fueron los elementos determinantes en la reivindicación por un número cada vez mayor de japoneses de la restauración del poder imperial y la abolición del shogunado. Los importantes disturbios ocasionados por los “motines del arroz” (1837) o la amenaza del Almirante norteamericano M.C. Perrin de bombardear Edo (Tokyo) si Japón no abría su comercio a Occidente no fueron sino los detonantes que aceleraron el derrumbamiento de una estructura feudal; estos cambios supusieron la apertura de los puertos a los barcos extranjeros y provocaron la destrucción del poder de los señores feudales (daimyo).-

La creciente debilidad del sistema instó al último shogun, Tokugawa Yoshinobu, a dimitir (año 1867) y devolver el poder absoluto de la Nación en manos del Emperador (Tenno). Se produce entonces la Restauración o Período Meiji (1868-1912) cuya principal consecuencia es la creciente modernización del país y la apertura a Occidente. El conjunto de reformas previstas cristalizó finalmente en la promulgación de la Constitución Meiji (1889) que convirtió al Japón en una Monarquía Constitucional. Este texto suponía un revulsivo para las arcaicas estructuras sociales todavía ancladas en la época feudal. En lo militar, por ejemplo, se produjo una reorganización de las Fuerzas Armadas, en cuya comandancia en jefe se situaba el Emperador Meiji a través de un sistema de jerarquías y mandos de gran similitud con las potencias occidentales.-

La situación de las armas y de los espaderos fue sustancialmente diferente. La decadencia de la casta militar y los constantes disturbios civiles afectaron notablemente a la visión por parte de la ciudadanía de estas antiguas disciplinas. La casta de los buke sufrió una separación cada vez mayor entre los líderes de alto rango y sus subordinados; esto hacía inviable que un guerrero medio pudiera acceder a puestos superiores en la jerarquía del clan, accesibles sólo a unos pocos privilegiados (kuge) miembros de la corte imperial.-

Pese a las notables restricciones impuestas desde la restauración Meiji, la espada seguía constituyendo un símbolo para todos los japoneses (no olvidemos que uno de los emblemas imperiales, junto con el espejo y las perlas, es precisamente una espada). Se habla así de la Etapa de las espadas modernas o contemporáneas (Gendai-Kindai) que se extiende desde el año 1886 hasta el infausto 1945. Precisamente con ocasión de la II Guerra Mundial la fabricación de espadas recobró parte de su antiguo esplendor. Alentados por el Emperador Hiro-Hito, los japoneses se adentraron en una política expansiva por Corea, Manchuria y las islas del Pacífico y que supuso el mayor despliegue militar desde la guerra ruso-japonesa. Esto conllevó una militarización de la sociedad y, por ende, un resurgimiento de la espada como arma de guerra.- 

Sin embargo, los tiempos que corrían no aconsejaban recuperar las técnicas medievales de lucha. La guerra moderna exigía de portaaviones, de una incipiente industria bélica y la adopción de una economía de guerra. En lo que se refiere a las armas blancas, cabe destacar las siguientes características principales de la época:

1) La fabricación se realiza mediante técnicas de producción industrial o en masa, de forma que técnicamente no son espadas tradicionales japonesas, puesto que hechas a máquina (showato) pierden todo su sentido como objetos artísticos o artesanales). De manera pareja, la calidad de las hojas deja mucho que desear, habida cuenta del interés por proveer rápidamente y al menor coste posible a todo el ejército imperial japonés. Las únicas excepciones se encuentran en algunos santuarios en los que algunos herreros mantienen una producción artesanal de espadas; el ejemplo más destacado es Minatogawa Jinja, establecido por la Armada Imperial Japonesa en 1941 para la producción de espadas conforme al estilo tradicional.

2) La producción de espadas queda bajo el control de un pequeño grupo de empresas, de modo que resulta fácil identificar el origen a partir de las marcas características de estas empresas (Shirakiya guntobu, Nakano Shoten, Suya Sho Ten o Sugimoto Tokenya).

3) Sólo  están autorizados a portar espada los miembros del ejército. El ejército regular adopta el modelo denominado shin-gunto, mientras que la armada se inclina por un modelo denominado kai-gunto. Se autoriza que otros cuerpos civiles, como los de la policía y otros cuerpos de altos funcionarios del Estado (oficiales forestales o ferroviarios) porten estilos propios no de espada, pero sí de hojas cortas y cuchillos corporativos.

4) Se consolidan los estilos occidentales (presentes en Japón desde principios del siglo XIX) en lo que a armas se refiere. Durante la guerra ruso-japonesa se recurrió a un modelo de espadas denominadas  kyu-gunto que, con algunas modificaciones, se mantuvieron en activo hasta la 2ª Guerra Mundial (como arma reglamentaria durante la ocupación colonial de Manchuria y Corea). También se consolida la tendencia a portar sables por los distintos cuerpos militares y civiles en los uniformes de gala (especialmente por el cuerpo diplomático y la policía montada).-

El 6 de Agosto de 1945 supone el fin de la espada como arma decisiva en el curso de toda batalla. El principal objeto de la bomba atómica no era destruir Hiroshima, sino demostrar al mundo el inmenso poder destructivo que atesoraban los norteamericanos mediante el experimento Manhattan. ¿Qué puede hacer una simple espada, por muy bien forjada y templada que esté, frente a la fisión nuclear?. Una evidencia de tal calibre hacía innecesaria toda respuesta. Tras la rendición japonesa, comenzó un periodo de ocupación de las fuerzas aliadas en territorio japonés que necesariamente afectó a todos los aspectos de la cultura japonesa. Y las espadas no podían ser menos.-

SITUACIÓN ACTUAL DE LA ESPADA JAPONESA

Inicialmente, las fuerzas de ocupación norteamericanas se encargaron de requisar y destruir un gran parte del arsenal japonés, lo cual incluía todo tipo de armas blancas. De igual modo, la fabricación de espadas y la práctica de las artes marciales asociadas al uso de las espadas fueron prohibidas como medida conducente a la desmilitarización y a la progresiva democratización del país. Resulta lógico que para reconciliar a la sociedad japonesa con el resto del mundo democrático se luchara contra tradiciones ultranacionalistas y militaristas, pero lo que ya no resulta plausible es el saqueo sistemático sin hacer distinción entre simples espadas y objetos con un valor histórico-artístico incalculable.- 

La prohibición no sufrió modificación alguna sino hasta algunos años más tarde, con ocasión en el año 1949 del aniversario de una ceremonia de ofrenda en el Gran Templo Ise (que tiene lugar cada 25 años y cuya rememoración se remonta 1000 años atrás). Para poder ejecutar el ceremonial se necesitaban 60 espadas, para lo cual se concedió un permiso extraordinario que permitía a los herreros más destacados* de todo el país el honor de recuperar su antiguo arte por tal solemne motivo. Es necesario destacar que las espadas ofrendadas al templo no eran katanas de hoja curva, sino las antiguas espadas chokuto (denominadas para esta ocasión kiriha-zukuri) de 80 a 96 centímetros de hoja.

Más tarde, una nueva ley de 1953 permitió que se reanudara la fabricación de espadas conforme a una estricta serie de reglas. A partir de este momento, las espadas forjadas por los maestros espaderos autorizados se engloban bajo la Etapa  Shinsaku (de nueva producción).

La fabricación de espadas quedaba regida por las siguientes normas:

1) Sólo un espadero debidamente acreditado y con la correspondiente licencia puede fabricar espadas japonesas, entendiéndose por tales cualquier instrumento cortante que conste de hoja (que supere los 19,8 centímetros), filo y un agujero para remachar en la empuñadura. La fabricación de hojas de longitud inferior (gogatana) no sigue esa limitación porque se consideran cuchillos. Pero para obtener la licencia es preciso servir como aprendiz de espadero con un maestro acreditado durante un período mínimo de 5 años.

2) Sólo existe autorización para fabricar como máximo dos espadas largas (toda hoja que supere los 61 cm.) o tres espadas cortas al mes (para hojas por debajo de 61 cm.). Esta limitación se estableció siguiendo las instrucciones del maestro Akihira Miyari, aunque ha quedado más que demostrado que se puede superar ampliamente el número mensual de espadas fabricadas con calidad).

3) Todas las espadas japonesas fabricadas deben ser registradas ante la Agencia correspondiente en el Ministerio de Asuntos Culturales. 

De forma paralela, en 1960 surgió la Sociedad Japonesa para la preservación del arte de la Espada (Nihon Bijutsu Token Hozon Kyokai, en adelante NBTHK) con el objeto de salvar la tradición espadera del olvido y la destrucción. Sus funciones son muy variadas, incluyendo la operación de fundido del hierro (tatara) para obtener la materia prima (tamahagane) que sirva en la forja de la espada, la gestión del Museo de la Espada Japonesa en Tokio y la organización de competiciones anuales entre diferentes artesanos. La NBTHK hace también mucho hincapié en la comunicación entre los diferentes maestros y escuelas para impedir que se pierdan los secretos de su arte (tal y como desgraciadamente sucedió tras la II Guerra Mundial, en la que virtualmente se perdió la experiencia de una generación de herreros).

Las exhibiciones y competiciones, que comenzaron a desarrollarse con regularidad desde 1955, centran el eje central de la actividad espadera en Japón. En los círculos especializados se compara este periodo con el renacimiento de la espada japonesa que aconteció con el advenimiento de la etapa Shinshinto, puesto que ambos periodos se vieron precedidos por un declive en la forja de espadas y ambos supusieron una importante renovación en las técnicas de fabricación

La situación actual es que alrededor de exhibiciones y demás eventos ha surgido un impresionante negocio que aglutina no sólo a los maestros y proveedores, sino también a admiradores y, como no, una legión de coleccionistas que tanto en Japón como en Occidente siguen con asiduidad estas actividades. Puesto que la espada ha perdido su razón de ser como arma de guerra (en su sentido práctico, que no simbólico), resulta mucho más interesante centrarse en su faceta artística y económica como instrumento difusor de la cultura nativa japonesa. A lo largo de todo el mundo las espadas japonesas son objeto de admiración,  aunque este culto dé lugar a algunas contradicciones: pese a considerarse un objeto de coleccionismo, las características de una buena espada se asocian con sus propiedades para utilizarlas en batalla, y precisamente el examen de estos elementos sirve para determinar su valor artístico y económico. 
 
NOTAS

* Los maestros seleccionados fueron Miyaguchi Toshihiro, Takahashi Sadatsugu and Miyari Akihira (estos dos últimos fueron nombrados por el emperador Aki Hito como “Tesoros Nacionales Vivientes”·), así como Ishi Akifusa, Nigara Kunitoshi, Endo Mitsuiki y Sakai Shigemasa. 

(1) A pesar de que es el término más conocido para designar una espada en Japón, existen otros términos acuñados con anterioridad pero de uso poco extendido, como tsurugi o hojiu.-

(2) El budismo no fue introducido, sino más bien patrocinado por el clan Soga en el año 552 d.C. La derrota del clan Mononobe por parte de Soga supuso la adopción del budismo como religión oficial de Japón en el año 594 d.C.

(3) Minamoto Yorimoto (tai-shogun) fundó el Shogunado Kamakura (año 1192 d.C.) tras la aplastante victoria de su clan sobre el clan Taira en la guerra de Gempei (1159-60 d.C.). El clan Taira, máximo exponente de la aristocracia militar en aquella época, se aprovechó el potencial bélico de estas nuevas armas  para tomar el control del gobierno civil (ostentado por los nobles de la corte o kuge) en el año 1156 d.C. e instaurar el período Rokuhara. 

(4) Se conoce como tal (1336-1392) al período durante el cual la usurpación del trono imperial y la consiguiente huida del Emperador Go-Daigo produjo una división de la corte en la sede imperial norte (Kyoto) y la sede imperial sur (Yoshino).-

(5) Literalmente, Período del País en Guerra (1568-1600).

(6) Piénsese que un samurai que se convertía en comerciante (za) adquiría la condición de ronin. De forma paralela, los samurai de clase más alta encontraron fácil acomodo entre los diferentes clanes supervivientes de la Era Edo.

(7) Como ejemplo de la importancia que las espadas cobran para los japoneses, baste indicar que el Ministerio de Educación clasifica las grandes espadas antiguas en juyo bijutsu hin (objeto artístico de importancia), juyo bunkazai (bien de importancia cultural) o kokuho (tesoro nacional). Ninguna espada así catalogada puede abandonar el Japón bajo ninguna circunstancia.

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El Sable Japonés

Las Katanas eran el espiritu viviente de los Samurai. Es de esperarse que aquellos que hacían estas espadas fueran tratados honrosamente. Se cuenta que antes de forjar una espada un artesano debía de purificarse y rogar a los dioses por bendiciones. El proceso era largo, forjar el metal, darle la forma, y finalmente el proceso mas arduo, la elaboración de la hoja. La espada Samurai posee fama por su metal irrompible. Esto no era un milagro. Era la labor de estos artesanos, que doblaban capas y capas de metal, y convirtiéndolos en la hoja de la espada. Cuantas mas capas de metal tuviera, mas fuerte seria la espada. Se cuenta también, que algunas espadas tenían mas de 1000 capas. El noble arte del Kenjutsu y su relación con los Samurai trasciende lo mundano, se convirtió en algo espiritual.

El sable es el arma que provoca la aparición del kendo y el iaido, en cuanto que son técnicas desarrolladas a partir del uso del mismo. De estos sables, incorrectamente llamados "sables samurai", existen varios tipos bien diferenciados. Una primera clasificación podríamos hacerla distinguiendo entre los sables tachi y los daisho. Las diferencias a primera vista no son muy notables, pues tanto su tamaño como su forma son similares: ambos poseen la típica hoja curva de un solo filo y el característico mango largo, pero entrando en detalles notaremos las siguientes diferencias:


TACHI

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El sable tachi es un sable creado para ceremonias y paradas militares o celebraciones cortesanas, profusamente decorado y su hoja grabada con hermosos dibujos. Una especie de sable de gala, raramente usado en combate.

Se colgaba del cinturón con unas cintas que pasaban por unas anillas sujetas a la funda por abrazaderas metálicas.

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DAISHO: Katana y Wakizashi

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El sable daisho era más sobrio, menos decorado. Era la verdadera arma del samurai. Se sujetaba con una cinta que pasaba por un ojal de madera adosado a la vaina. Existen dos tamaños. El mayor se llama katana y el menor wakizashi. El katana es el más conocido, y es un sable para usar con las dos manos, aunque en momentos determinados se püede manejar con una. El wakizashi se maneja con una sola mano. En todos los casos, las guardas tsuba suelen mostrar hermosas decoraciones y filigranas. Para guardar los sables existen unas cajas decoradas, de madera, denominadas katana zutsu, y unos soportes, llamados katana kake. En realidad, los sables hechos en los últimos años, prácticamente desde la última guerra mundial, no se pueden considerar auténticos sables de samurai, pues los procedimientos seguidos tradicionalmente para su fabricación ya no se respetan, habiéndose sustituido el templado y forjado a mano por procedimientos industriales.

Antiguamente, la fabricación de un sable era una suerte de rito mágico que alcanzaba todas las etapas del proceso. El forjador (kaji) era una especie de sacerdote o mago que seguía unos ritos precisos desde la extracción del hierro y los posteriores tratamientos del mismo a la acción del agua y el fuego hasta el resultado final: el katana. Aún existe hoy, en la fragua de lnami Hakusui, en Tokio, el antiguo libro de oraciones que es todavía desempolvada cuando hay que hacer un sable destinado a alguna alta personalidad. Pero estas antiguas técnicas se han extinguido ir desapareciendo aquellos viejos artesanos que aún mantenían viva la tradición. El sable japonés empieza su historia alrededor del año 900. Anteriormente se usaba un sable de origen chino, porque en realidad, los primeros forjadores eran de este país y los otro que se hacían eran imitaciones de los chinos con hoja recta. Los centros de fabricación más célebres fueron Yamato y Sansin. A partir del año 900 se inicia una evolución y aparecen los primeros modelos de hoja curva, que poco a poco se impondría y que se mantiene hasta nuestros días sin apenas cambios.

Por aquel entonces se hicieron famosos los centros producción localizados en cinco provincias por la calidad. Sus realizaciones, llegándose a fabricar en estos lugares conocidos con el nombre genérico de "las Cinco Escuelas" hasta el 80 por 100 de los sables de la época. Cada una de estas "Cinco Escuelas" tenía sus propios métodos de fabricación e impusieron sus técnicas hasta el siglo XVI. Sus nombres eran: Yaato, Bizen, Soshu, Yamashiro y Minori. En la época posterior, conocida como "Período del Nuevo Sable", que va de 1530 a 1867, se pierden los métodos tradicionalmente seguidos por estas escuelas. La longitud del sable disminuye y el arte de su fabricación declina. Aparecen armas con las hojas profusamente decoradas con recargados grabados de arbustos, dragones y símbolos la mayoría de las veces extravagantes. Llegamos a la época moderna, que se inicia en 1868 con la dinastía Meiji, que como ya vimos significa para el Japón la apertura a las influencias occidentales, con todos los cambios que ello significó. En este tiempo, los sables son exportados de forma masiva a Occidente, comprados por museos y particulares perdiéndose en muchos casos piezas de indudable valor artístico histórico.

En 1926 se inicia la era Showa y se crea la Academia imperial del Arte, que recopila las piezas de interés y se interesa por los trabajos artísticos y artesanos tradicionales, creando colecciones de sables y tsubas que normalmente son obras de arte por sí mismos. Actualmente, como ya se dijo, no quedan ya prácticamente artesanos que elaboren los sables con las antiguas artes, las nuevas técnicas hacen que se pierda la leyenda.


IAITO

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El Iaito es una katana hecha generalmente con aleación de zinc-aluminio, que se asemeja a una katana verdadera en forma, balance, tamaño y peso. La principal característica, es que el iaito por lo general esta muy poco afilado(o en ocasiones carece totalmente de filo).

Está diseñado para entrenar iaido y otras artes marciales que han venido ganando aceptación en Japón y en el mundo en las últimas décadas.

Hoy en día la mayoría de escuelas de iaido-kendo-kenjutsu prefieren que el estudiante comience a afianzarse con las técnicas usando un iaito. Las katanas reales por otra parte, son bastante costosas, y pocos estudiantes novatos pueden permitirse comprarlas.

El Iaito es una katana hecha generalmente con aleación de zinc-aluminio, que se asemeja a una katana real en forma, balance, tamaño y peso. La principal característica, es que el iaito por lo general esta muy poco afilado(o en ocasiones carece totalmente de filo).

Está diseñado para entrenar iaido y otras artes marciales que han venido ganando aceptación en Japón y en el mundo en las últimas décadas. 

Hoy en día la mayoría de escuelas de iaido/kendo/kenjutsu prefieren que el estudiante comience a afianzarse con las técnicas usando un iaito. Las katanas reales por otra parte, son bastante costosas, y pocos estudiantes novatos pueden permitirse comprarlas. Por lo general solo a partir del yondan o godan, al budoka se le exige el entrenamiento con un shinken.

Algunas personas inescrupulosas venden 'kazarito' como si fueran iaito. Kazarito es una katana decorativa. Suelen ser mas pesadas o frágiles, mal balanceadas, y tienen una tsuka(mango) que no es lo suficientemente fuerte para resistir el entrenamiento. Estas espadas no deben ser usadas mas que para fines decorativos, pues son peligrosas para el keiko, pueden llegar a romperse y causar lesiones.

FABRICACION

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Antiguamente, la fabricación de un sable era una suerte de rito mágico que alcanzaba todas las etapas del proceso. El forjador (kaji) era una especie de sacerdote o mago que seguía unos ritos precisos desde la extracción del hierro y los posteriores tratamientos del mismo a la acción del agua y el fuego hasta el resultado final: el katana.
Aún existe hoy, en la fragua de lnami Hakusui, en Tokio, el antiguo libro de oraciones que es todavía desempolvada cuando hay que hacer un sable destinado a alguna alta personalidad.
Pero estas antiguas técnicas se han extinguido ir desapareciendo aquellos viejos artesanos que aún mantnían viva la tradición. El sable japonés empieza su historia alrededor del año 900.
Anteriormente se usaba un sable de origen chino, porque en realidad, los primeros forjadores eran de este país y los otro que se hacían eran imitaciones de los chinos con hoja recta. Los centros de fabricación más célebres fueron Yamato y Sansin.
A partir del año 900 se inicia una evolución y aparecen los primeros modelos de hoja curva, que poco a poco se impondría y que se mantiene hasta nuestros días sin apenas cambios. Por aquel entonces se hicieron famosos los centros producción localizados en cinco provincias por la calidad.
Sus realizaciones, llegándose a fabricar en estos lugares conocidos con el nombre genérico de "las Cinco Escuelas" hasta el 80 por 100 de los sables de la época. Cada una de estas "Cinco Escuelas" tenía sus propios métodos de fabricación e impusieron sus técnicas hasta el siglo XVI. Sus nombres eran: Yaato, Bizen, Soshu, Yamashiro y Minori. En la época posterior, conocida como "Período del Nuevo Sable", que va de 1530 a 1867, se pierden los métodos tradicionalmente seguídos por estas escuelas.
La longitud del sable disminuye y el arte de su fabricación declina. Aparecen armas con las hojas profusamente decoradas con recargados grabados de arbustos, dragones y símbolos la mayoría de las veces extravagantes.
Llegamos a la época moderna, que se inicia en 1868 con la dinastía Meiji, que como ya vimos significa para el Japón la apertura a las influencias occidentales, con todos los cambíos que ello significó.
En este tiempo, los sables son exportados de forma masiva a Occidente, comprados por museos y particulares perdiéndose en muchos casos piezas de indudable valor artístico histórico.

KATANA : EL SÍMBOLO DE SAMURAI

Para el "Shogun" y el "Daimyo", las espadas y otras armas, tenían un importante significado, el cual representaba su categoría, entre éstas, las espadas fueron consideradas como el alma del Samurai, y fueron usadas en público sujetas al "Sash", decorando su residencia y fueron la más apreciada posesión del Samurai. Aún durante tiempo de leyasu, una vez que las armas de fuego empezaron a fabricarse en cantidad desde la última mitad del siglo XVI, las espadas habían dejado de ser las más importantes armas de la guerra. Sin embargo, las espadas continuaron para ser usadas como objeto de ceremonia de primera importancia, y aún después de alcanzar la paz, las espadas mantuvieron su significado como regalos importantes intercambiados entre el "Shogun" y el "Daimvo". El "Tachi" fue el más apreciado entre las espadas, seguido por la "Katana' y el "Wakizashi". Las hojas de las espadas fueron montadas con empuñaduras apropiadas: decorativas empuñaduras "Tachi" para la ocasión de las ceremonias de la corte, y más empuñaduras militares para la "Katana" y el "Wakizashi", cuyos accesorios reflejaban un alto nivel de acoplamiento técnico en las artesanías como los trabajos de los metales y el lacado. Empuñaduras de relevante calidad fueron también ofrecidas como regalos oficiales para acompañar a. famosas hojas. Los altos escalones de la categoría del guerrero como el "Shogun" y el "Daimyo" destacaron coleccionando espadas de gran calidad artística de las épocas "Heian" y "Kamdkura". No solamente atesoraron las solas hojas, sino también ordenaron empuñaduras de espadas durante el periodo "EDO", fomentó el desarrollo en la artesanía del metal, incluyendo una cualificada línea de grabados, incrustaciones y otras elaboraciones técnicas, con las cuales decorar la superficie de la monturas de las espadas.

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El SAMURAI

Uno de los elementos más representantivos de la cultura japonesa. A la izquierda del soldado se puede ver la empuñadura de la katana.

KATANA

Combinación única de diseños tradicionales con materiales modernos. Hojas de acero inoxidable 440. Vainas lacadas con atractivas combinaciones de colores. El samurai portaba sobre la cintura, en el lado izquierdo, sus dos armas de combate: la katana, más larga, destinada al combate en el exterior y el wakizashi, más corto, destinado al combate a corta distancia. Su posición era casi horizontal y con el filo hacia arriba. Esto le permitía pasar al ataque nada mas desenfundar. Otra de las armas del samurai era el tanto, cuchillo que servía para proteger su honor. El conjunto de las dos espadas reglamentarias recibía el nombre de DAISHO.

Medidas : 39 1/4". 100 cms Total Length
Peso : 4,81 lbs. 2,2 kgs

En el Museo del Arma Blanca, ofrecemos a nuestros clientes unas muestras de las katanas más representantivas de todos los tiempos, con una calidad inigualable, del mejor de los aceros de nuestra ciudad, que debido a su calidad hace que exportemos a todo el mundo. La mayoría de katanas hechas en el exterior llevan un acero de la famosa ciudad de Toledo (España).

El filo de las katanas no es tan excepcional como se vé en las peliculas de Hollywood, pero si es suficiente para cortar a un hombre en dos pedazos.

EL ALMA DE LA KATANA
Colgada del cinto de los guerreros armados, las espadas samuráis definían la esencia de los hombres que tan orgullosamente las llevaban. A partir de simples vara de acero los Kaji, maestros armeros del antiguo Japón,
Y creaban soberbias espadas, que eran también emblemas de valor, autoridad fuerza. Tanto si eran una larga y curvada katana, una hoja tachi, o una corta daga, esas espadas japonesas se convirtieron en la leyenda en el "alma viviente del samurai".
El mortal borde de la katana, colgaba siempre con el filo hacia arriba del cinturón del guerrero. Un arma tan espléndidamente forjada requería doblar repetidamente el metal caliente, lo que daba como resultado más de cuatro millones de capas de acero.

Desde el siglo XII, cuando los samuráis estaban al servicio de los señores de los clanes, no existía en Japón tesoro más grande que esas espléndidamente forjadas espadas. Ninguna acumulación de plata u oro, ninguna parcela de tierra, podía compararse en valor con esas hojas. Las espadas de maestros como Go Yoshihiro, Masamune y Yoshimitsu, se hallan entre las más espléndidas jamás elaboradas.
En forjas situadas en el centro de Japón -una región en minas de hierro-, los armeros refinaron el arte que en el siglo XII el emperador Go Tiba decretó digno de príncipes. El kaji y sus ayudantes empezaban su trabajo con una limpieza ritual de cuerpo y mente. Vestían de blanco, se adherían a dietas estrictas, y prescindían de los placeres mundanos que podían distraerles de sus letales obras maestras. Tras colgar tiras de papel de arroz por toda la forja para ahuyentar los malos espíritus, los fabricantes de espadas iniciaban lo que podían ser dos años de trabajo agotador trabajo para una sola espada.

Tras colocar barras de metal en crudo en un horno de carbón -un artesano aconsejaba calentar el hierro hasta que se vuelve "del color de la luna a punto de ponerse en su viaje en una noche de junio o julio"-, el herrero extraía martillando, las impurezas del hierro. Luego golpeaba la barra hasta dejarla plana y la doblaba y la martillaba de nuevo de nuevo, sumergiendo el resplandeciente metal en agua entre los fieros golpes. Empezando con diez kilos de metal, un herrero producía una hoja de un solo kilo a kilo y medio, extrayendo del hierro varios millones de finas capas de acero. El kaji prestaba mucha atención al filo de la espada y el hamon, o textura, la línea ondulada desde el tang (extremo de la empuñadura) a la punta. Las variaciones en el hamon realzaban la belleza y la fuerza de la espada. Tras conseguir el grado adecuado de dureza, flexibilidad y filo -así como una hermosa textura-, el herrero daba a la hora un baño final y luego a menuda grababa su firma en ella.

Tras proporcionar a la pulida hoja una tsuba, o guarda, así como una empuñadura, una vaina y otros accesorios, el herrero presentaba su creación al samurai, que podía darle un nombre, como si la espada tuviera vida propia.

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